La formación integral hace posible la educación de personas capaces de
asumir su proyecto de vida y comprometerse con la construcción y el desarrollo
del país, íntegra en todo el sentido de la palabra. Es una educación que abarca
a todo el hombre individual y socialmente buscando la autorrealización, pero
también teniendo en cuenta los intereses de una sociedad posibilitando el
trabajo cooperativo entre sus miembros.
El enfoque socioformativo no se centra en el aprendizaje sino en la
formación de personas con un claro proyecto ético de vida en el marco de
interdependencia social y cultural[i].
Busca formar personas que investiguen y lleven sus conocimientos a la práctica
que sepan articular todas sus competencias: cognitivas, socio afectivas y
comunicativas, proyectándose como el líder social comprometido por el progreso
ético y material de su región y su país.
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